Marcelo Morini, director del Instituto “Pedro Goyena”, se refirió a procedimientos y estrategias que fortalecen el proceso de educación media en la instancia actual, haciendo hincapié en la importancia de las innovaciones que buscan profundizar el modelo para beneficio de los protagonistas principales del mismo, es decir los educandos.
Sostuvo que “pensar en una escuela es pensar en el presente y en el futuro; cuando en 1961 se pensó en una secundaria para La Playosa, seguramente se pensó en aquel presente”. “Al no haber escuela secundaria en el pueblo, los chicos y chicas que finalizaban la escuela primaria no tenían posibilidad de seguir estudiando, al menos sin viajar lejos de su casa”.
“Y allí se pensó en el futuro, porque dentro de las aulas se forja, y de a poco, lentamente el mañana; puesto que la formación secundaria abre la perspectiva de continuar con estudios superiores y con esto ir construyendo el país que queremos.”
En cuanto al compromiso de acción futura, indicó “que se aproximan dos fechas fundamentales para nuestra comunidad: el bicentenario de la Revolución de Mayo que será ocasión para reflexionar como nación, que hemos hecho, que hacemos y que queremos lograr en la Argentina”. “Otro acontecimiento central en la vida de la comunidad será la celebración de los cincuenta años de fundación del Instituto Privado Diocesano Pedro Goyena; cuando el padre Larocca junto a un grupo de personas tuvo el sueño de fundar la primera secundaria para La Playosa”. “Será seguramente el momento del recuerdo emotivo, del encuentro esperado y el homenaje merecido”.
Referente a los proyectos institucionales, acotó “que el año 2009 nos encuentra ante una serie de emprendimientos tratando de ofrecer una renovada propuesta formativa; los mismos (elecciones estudiantiles, viaje a Córdoba, participación en las competencias deportivas intercolegiales, olimpíadas de Matemática y en el Mercosur Joven, Expo Goyena, campamento y fiesta de la Tradición entre otros) nos invitan a participar de un modelo de enseñanza que estimule la pasión por el conocimiento, contemplando los intereses de los alumnos y agilizando la capacidad de la escuela para responder a las nuevas necesidades, para contribuir a la construcción de una nueva sociedad pacífica y democrática”.
Reflexionó acerca de “que no es una tarea que la escuela pueda cumplir en soledad, necesitamos la cooperación de las familias y de toda la comunidad; el éxito de nuestra tarea depende en buena medida del apoyo y respaldo de todos los actores sociales que acompañen a los adolescentes en esta etapa de su vida”.
Como conclusión y fijando perspectiva ante las exigencias futuras sostuvo “que tenemos muchas incertidumbres respecto del futuro de la humanidad y de la Argentina, pero también poseemos una certeza fundamental: sea cual sea ese futuro la educación, la cultura y el esfuerzo de todos jugarán un papel determinante en su configuración, estamos seguros de que buena parte del destino del país y de nuestros hijos depende del compromiso y la imaginación con que encaremos el futuro”.