Hasta no hace mucho tiempo, la Retórica comprendía de manera casi exclusiva el análisis del discurso literario y oratorio; y de este último, se centraba en el político. A tal punto que la disciplina parecía dedicarse a estudiar no mucho más que las estrategias de producción y decodificación de esos textos. Sin embargo, de mediados del Siglo XX a esta parte “y gracias a los semiólogos franceses -explica Silvia Barei (vicerrectora de la UNC)- la Retórica ha sido rescatada y su campo de estudio se abrió en innumerables direcciones”. “Desde mediados del Siglo XX estamos ante sociedades mucho más complejas, atravesadas por nuevos lenguajes de la cultura como el cine y la publicidad, la televisión y las nuevas tecnologías. Y la Retórica ha vuelto a aparecer como un campo de saber fundamental para pensar esos nuevos discursos”, señala Barei.
En tanto, Alejandra Vitale (titular de la Asociación Argentina de Retórica), a una definición sobre este concepto. “Es el conjunto de reglas para la construcción de un mensaje que busca la eficacia. Pero además de eso, desde la AAR nos interesa la alfabetización retórica; es decir que haya un conocimiento de esas técnicas para evitar la manipulación y poder ser críticos frente a los discursos sociales que, en muchos casos, construyen poder”. Curiosamente y según Vitale, “esa construcción de poder no sólo se da en los discursos políticos sino también en otros más sutiles como los audiovisuales. Por eso es que planteamos recuperar la Retórica tradicional pero puesta en diálogo con otras disciplinas como la Lingüística y la Semiótica, muy especialmente con la Semiótica de la Cultura que estudia desde Córdoba el grupo de Silvia”.
Barei: de los mitos del cine a la “oratoria” de los animales
¿En qué trabaja el grupo de investigación que dirigís en la Universidad de Córdoba?
-Básicamente en los distintos lenguajes de la cultura; desde el cine y la televisión a las tecnologías y la publicidad. Y encontramos que cada lenguaje tiene una retórica particular pero al mismo tiempo comprenden un entramado complejo que nos permite leer lo que nosotros llamamos “los órdenes de la cultura”; esos que constituyen la ciencia, lo cotidiano, el arte y también el orden mítico. Porque aunque no lo parezca, nuestra cultura sigue muy pegada al mito.
¿Cómo es eso?
-El mito está inserto en muchísimos productos culturales. Basta con pensar en los videojuegos donde vuelve a aparecer la figura del héroe, o en el cine que ha inventado grandes mitos, marcando una de las formas en que se constituyen nuestras culturas. Pero también estudiamos los lenguajes estéticos, las metáforas en las ciencias y actualmente estamos incursionando en la Biorretórica, que son las formas de comunicación del mundo animal que los humanos también tenemos.
¿Te referís a formas de comunicación que compartimos con los animales?
-Sí, porque los humanos tenemos muchísimas conductas que nos vienen de nuestro pasado más antiguo, desde la época en que nos bajábamos de los árboles. Nuestra especie no tuvo una evolución lineal sino un “salto dinámico” cuyo punto de quiebre es la transformación de nuestro cerebro. Entonces aparece el lenguaje y nuestra capacidad cognitiva, que nos sigue distinguiendo del mundo animal. Esto nos permite estudiar las figuras retóricas de las ballenas o los simios superiores junto a biólogos.
Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-