Con un sabor agridulce, masticando bronca, Lucas Morre no terminó el partido debido a que Alexis Carranza le mostró la tarjeta roja en medio del tumulto cuando todo Yrigoyen le reclamó por el penal que había cobrado instantes antes.
Por lo tanto, en diálogo con EL DIARIO, el capitán y goleador de la tarde expresó: “Ahora ni me importan los goles, es más, tengo ganas de llorar. Hacía tres años que no me expulsaban y en una montonera, hizo la fácil”.
“Arruinó un partido cobrando un penal que para mí no fue. Me voy con una amargura terrible”, subrayó.
Sobre su expulsión explicó: “El que habla y me hace echar es el línea que estaba caliente porque le había protestado dos jugadas en las que lo apuraba a (Maximiliano) Theiler para sacar. Yo le dije que lo dejara tranquilo”.
Según su testimonio: “Lo quise sacar al lineman porque vino como un loquito contra nosotros, como también fuimos mal nosotros contra el árbitro. Cometimos un error en ir a protestar porque en estos casos siempre te echan uno y esta vez fui yo. Me voy recaliente porque en realidad soy el capitán del equipo y no debe pasar esto”.
Consultado sobre el desarrollo del encuentro, la producción de sus compañeros fue lo planificado por el cuerpo técnico. “Es un equipo que maneja bien la pelota. La idea era cortar el circuito de Ñáñez y Díaz, lo hicimos bien. En ningún momento lo dejamos ser punzante al “Lana”. En eso nos vamos tranquilos porque no nos generaron peligro”.
Sobre lo que prevé para la vuelta dijo: “Será una final. Si se puede jugar se juega y si no con los dientes apretados. Estamos a 90 minutos de lograr el objetivo y tenemos que dejar a Yrigoyen en lo más alto, que hace mucho no pasa”.