Escribe: Pablo Luna Broggi

Nota: Alexis Zegatti

 

"Seremos un rival difícil para cualquiera y deberán hacer un gran esfuerzo para derrotarnos”, decía el mediocampista ofensivo de Yirigoyen, Alvaro Nieva, hace una semana, tras dejar en el camino a Universitario. 

Con el sacrificio como estandarte, el elenco rojo comandado por Germán Vicario visitaba la guarida del “Lobo” en barrio Nicolás Avellaneda en búsqueda de un buen resultado que lo posicione de la mejor manera en la serie, pensando que la “vuelta” se disputará en su cancha dentro de 15 días.

Teniendo el calendario a su favor, ya que el fin de semana que viene no hay fecha por las elecciones provinciales, eran conscientes de que el esfuerzo a realizar debía ser el máximo porque tiempo para recuperarse habría.

Por su parte, el flamante albiazul de “Pelé” Andrada llegaba a semifinales con el pecho inflado luego de derrotar al bicampeón Alumni. Más allá de no tener aún el sello impreso de su DT, el estilo de juego del local no variaría con lo que viene haciendo desde hace años de la mano de Romero: el buen trato del balón sustentado en la inteligencia y calidad de su capitán Claudio Díaz, más la claridad conceptual de Franco Ñáñez en mitad de cancha, serían nuevamente las principales armas del “Lobo” para afrontar este decisivo duelo.

Desde el pitazo inicial del cordobés Alexis Carranza, las más de 500 personas que seguían el partido desde las tribunas vieron entre la niebla que de a poco invadía el campo de juego, la intensidad con la que se disputaba el balón.

El primer susto se lo llevó el visitante a los 3 minutos, luego de que la pelota se le escurriera entre las manos a Federico Pedernera, pero finalmente un compañero logró despejar hacia el córner con el último esfuerzo. Sin embargo, el visitante se repuso del cimbronazo inicial y se enfocó en hacer su juego: con entrega y dinamismo, las asociaciones en la mitad del terreno de juego, lideradas por Bianchi, Morre y Demichelis, comenzaron a ser más frecuentes y a generar situaciones de peligro.

Mayco Rodríguez fue el primero en quedar mano a mano frente a Michael Becco, pero quedó en posición adelantada. Luego el 10 rojo fue el encargado de realizar un tiro libre muy cerca del arco rival, pero su disparo se fue elevado.

Pero Yrigoyen estaba mejor y no tardó en abrir el marcador. Una excelente incursión de Andrés Ferrero en ofensiva por el sector derecho provocó que pueda tirar un centro para que Lucas Morre ingrese por detrás de Becco y marque el 1 a 0. 

El visitante ganaba y comenzaba a demostrar su superioridad. Argentino acusó el golpe y no supo, ni pudo, reponerse con celeridad para evitar un nuevo gol de su rival: 10 minutos después nuevamente el capitán rojo se encargó de mandar el balón al fondo de la red, tras ganarle en velocidad a Ledesma y definir con mucha capacidad por arriba del portero.

Parecía que el 2 a 0 era mucho premio para Yrigoyen, pero poco le importaba a los dirigidos por Vicario, que aprovecharon su gran efectividad para comenzar a definir el partido y, por qué no, la serie. En la primera mitad Argentino fue una sobra de lo que se esperaba, más allá de haber contado con escasas pero muy claras chances de llegar al descuento.

En el complemento, los cambios aplicados por Andrada y la tranquilidad del visitante por el resultado provocaron que el protagonismo del lobo comenzara a crecer. El ímpetu de los villamarienses en búsqueda del descuento provocó que a los 32 minutos, Peralta derribara dentro del área al recién ingresado Torres, generando un claro e incuestionable penal. Sin embargo, los jugadores rojos no lo entendieron así e increparon con vehemencia al juez principal durante varios minutos. La Policía debió intervenir para que el innecesario tumulto no tenga consecuencias mayores. El resultado fue la expulsión del experimentado y goleador Morre. Una baja sensible de cara al futuro que podría haberse evitado.

Sin embargo, Federico Pedernera se convirtió en el héroe de la tarde, al taparle el penal a Claudio Díaz y desvanecer las pocas esperanzas que tenía el local de lograr el empate.

Yrigoyen logró un enorme triunfo de visitante y defenderá el resultado con “el cuchillo entre los dientes” en su inexpugnable reducto. Argentino por su parte, irá a Tío Pujio cargando con el cruel peso de la desventaja y deberá corregir demasiados defectos si quiere volver a disputar una final.

 

La figura