Un día, Vanesa dijo basta. Arropó a sus tres pequeños hijos y se fue bajo el único techo que encontró, el de un vagón del tren ubicado en el barrio Las Playas.
Dijo basta a la violencia a la que la sometía el padre de Milagros (8), Armando (7) y Thiago, de apenas 11 meses de vida.
“Empezó a pegarme después que nació la más grande”, relató Vanesa Cardozo a EL DIARIO.
Muchas veces se separó para apartarse de la violencia, pero en todas las ocasiones anteriores decidió volver, porque no tenía un lugar para estar con sus hijos.
Quiere que en esta oportunidad, sea distinto. “Yo ya había visto este vagón desocupado y hace tres meses me decidí y me vine para acá”, dijo.
En el frío y húmedo espacio, tiene una cama, una mesa, algunas sillas, un anafe conectado a una garrafa que está dentro del vagón y un roperito, donde guarda las pocas ropitas de los niños. “Todas las cosas me las prestó el papá de los chicos. Ahora quiere que se las devuelva, pero no se las voy a devolver hasta que tenga algo”, relató.
“La cucheta no es de él, es nuestra”, dice, con su impecable lógica Armando, que cursa el segundo grado en la escuela Arturo M. Bas, del barrio Las Playas, el mismo que prefiere escribir antes que sumar en su aula.
Sin luz y sin ningún otro servicio, trata de que los niños se vean de la mejor manera posible. Los tres, hasta el más pequeño, hacen caso omiso de sus manitos frías y sonríen, sonríen todo el tiempo, sonríen con su mamá.
Ellos almuerzan en la escuela y a la tarde, van a la copa de leche “Rayito de Sol”. “Lili es muy buena”, cuenta Armando, en referencia a Liliana Costabello, el alma máter de ese espacio solidario ubicado en el barrio Las Playas.
El resto de las necesidades, las cubre con la asignación familiar que percibe por sus hijos. Insuficientes para alcanzar el sueño de un techo propio.
Preocupada
“Cuando llegué acá fui a pedir ayuda a la Municipalidad”, dijo.
Allí, una trabajadora social le ofreció la opción que tienen para los casos de víctimas de violencia: alojarse en un hotel por unos días. “Les dije que no, porque qué voy a hacer después. Necesito ayuda para estar en una casa con los chicos”, dijo Vanesa.
“Yo por ellos soy capaz de todo, de quedarme acá, de luchar. Pero no tengo a ningún familiar y necesito ayuda. Sólo una amiga que me deja ir a dormir a su casa a la noche, cuando hace mucho frío”, agregó.
La violencia, la soledad frente a la responsabilidad de sus tres hijos y la pobreza, no le preocupan tanto como lo que le dijeron sobre su futuro. “Me dijeron las asistentes sociales que no puedo estar acá, que me van a quitar los chicos porque no es un lugar para ellos. Claro que no es un lugar para nadie. ¿Pero qué hago sino tengo adónde ir? No quiero que me separen de ellos”, concluyó.
Juntas y a la Izquierda
“Vamos a ir todas al Concejo por Vanesa”
Nadia Brossard, de la agrupación del MST “Juntas y a la Izquierda”, estuvo ayer acompañando con otros militantes a Vanesa Cardozo, en el vagón que habita la mujer.
“Esto es lo que decimos nosotros cuando pedimos la emergencia en violencia de género”, dijo Brossard. “Hace falta presupuesto para que las mujeres víctimas, tengan un lugar digno para estar”, agregó.
Frente a esta situación, anticipó que hoy, si Vanesa no tiene respuesta a su drama, irán a reclamar al Concejo Deliberante de la ciudad.
Para ayudar a Vanesa Cardozo y a sus hijos, pueden comunicarse al 155690181. Necesita especialmente pañales, una luz de emergencia, frazadas y leche