Un peón de albañil domiciliado en Las Perdices y un comerciante radicado en Oliva fueron condenados ayer por hechos de violencia familiar en sendos juicios abreviados realizados en la Cámara del Crimen de Villa María.
Norberto Ezequiel Torres recibió una pena de un año de cárcel de cumplimiento efectivo tras ser declarado autor responsable de “amenazas”, “coacción” y “lesiones leves”, mientras que a Salvador Gerardo Sessa se le impuso una sanción de dos años de prisión de ejecución condicional (es decir, en suspenso) luego de ser hallado culpable de “desobediencia a la autoridad”, “lesiones leves agravadas”, “amenazas” y “abuso sexual simple”.
Los hechos por los que fueron juzgados tuvieron como víctimas a sus respectivas exparejas y los dos (cada uno a su turno) confesaron haber cometido los delitos que se les atribuían, lo que posibilitó que ambos procesos orales se realizaran bajo la modalidad de trámite abreviado.
El primer juicio
En la primera audiencia de debate, Torres reconoció su responsabilidad en el incidente que lo dejó entre rejas y que se produjo el pasado 25 de enero en la localidad de Las Perdices, luego de irrumpir violentamente en la vivienda de su exconcubina, a quien amenazó y golpeó en medio de una discusión.
El condenado sujeto continuará detenido porque todavía no se le realizaron las pericias psicológica y psiquiátrica que exige la Justicia para establecer si se encuentra en condiciones de obtener la libertad, precisamente por tratarse de un irascible convicto.
El juicio fue presidido por el camarista Félix Martínez y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y del abogado riocuartense Nicolás Magrini (ejerció la Defensa de Torres), mientras que Gabriela Sanz intervino como secretaria.
Cabe señalar que Torres registra un antecedente penal que data del 8 de agosto de 2001 cuando, con sólo 19 años, recibió su primera condena (un año de prisión en suspenso) por hechos de “atentado a la autoridad calificado” por uso de arma, “tentativa de abuso de arma”, “resistencia a la autoridad”, “lesiones leves” y “portación de arma de uso civil”, cometidos cuatro meses antes frente a un boliche bailable perdiceño.
Este peón de albañil y changarín nacido hace 33 años (21 de agosto de 1981), apodado “Tata”, también protagonizó otro episodio de violencia en la vía pública de aquella localidad, a comienzos de agosto de 2014, aunque dicho incidente no fue ventilado en el juicio sustanciado en la víspera.
El segundo juicio
En tanto, Salvador Sessa pudo recuperar la libertad ni bien concluyó la segunda audiencia de la jornada, ya que la pena que le impusieron fue de ejecución condicional.
Este convicto primario, que mañana cumplirá 44 años (10 de julio de 1971) y registra último domicilio en la pequeña localidad de Estancia Vieja, Departamento Punilla, protagonizó una serie de incidentes luego de desobedecer una orden judicial de restricción que le impedía acercarse a su expareja.
Encontrándose en Oliva, de donde es oriundo, Sessa amenazó a la mujer, la golpeó y la manoseó en sus partes pudendas, hechos por los que fue denunciado y detenido poco después.
El juicio fue presidido por el juez René Gandarillas y del mismo, como en la audiencia anterior, también participaron el fiscal Márquez y la secretaria Sanz. En esta causa, la exconcubina de Sessa se constituyó como querellante particular con el patrocinio del abogado olivense José Humberto Ibarra, mientras que los letrados Ever Etchenique y Ricardo Rosales, oriundos de Villa Carlos Paz, ejercieron la Defensa del agresor.
Imágenes:
F1: Norberto “Tata” Torres fue condenado a un año de prisión de cumplimiento efectivo.
F2: Sessa recibió una pena de dos años de prisión en suspenso y recuperó la libertad.
F3: Félix Martínez (izquierda) y Francisco Márquez, durante el primer juicio.