David Reano nació en La Palestina el 20 de marzo de 1984. Hizo todas las inferiores en Boca hasta debutar en el primer equipo y luego comenzó un periplo que lo llevó a conocer varios equipos de Buenos Aires, probó suerte en Europa, volvió a la Argentina y luego recaló en Rumania, Grecia y por dos equipos de Malta. 

Se convirtió en un trotamundos que regresó al pago, como cada vez que pudo, para reencontrarse con familia y amigos, mientras espera saber hacia dónde sacar boleto.

Acaba de terminar su contrato en el Zebbug Rangers (seis meses) y antes pasó por el Naxxar Lions (un año), en la misma isla donde arriba por estos días el ex-Talleres Juan Cruz Gill (al Valletta).

David asegura que consiguió la gloria en el fútbol que le permitió “conocer muchos lugares del país y el mundo, saber de cómo es este deporte y sus dirigentes en otras partes y hacer muchos amigos”. Hoy está libre y espera un rumbo, más allá de las preferencias que le puede significar la turística isla que acaba de dejar y donde estuvo viviendo con su esposa y su hija, lo que también “cambió la forma de mirar, de ver todo”. David volvió al país y su hija de 16 meses, a la que conoció a los 60 días de haber nacido y que podría colocar entre las cosas que le quitó el fútbol, fue bautizada.

Picado, asado y amigos

Pero esta nota comenzó días atrás, cuando el pibe de La Palestina jugaba con los amigos de su pueblo el quinto o sexto partido desde su regreso. Y luego el encargado del asado se fue a bañar y dejó a David con la parrilla: “Sabés las cosas que tuve que hacer para poder comer un asado…”, contó en referencia a su paso por ligas de Europa.

Y las comidas fueron un tema siempre, porque en un club de Rumania “el sponsor era una avícola y el plantel almorzaba y cenaba pollo en el restaurante del club y a veces donde viajábamos llevaban la comida en la bodega del colectivo”. “Había un olor tremendo, que se mezclaba con fiambres fuertes, además de que estábamos cansados de comer pollo”, recordó. Esa anécdota la contó el martes a través de la pantalla de Fox Sports, vía Skype, en el segmento conocido como “Un argentino suelto por el Mundo” (#unargentinosuelto). Repasó también que a la orilla de la ruta, en los paradores, los europeos del este bajaban y compraban ajíes que “los comían como quien come maníes o un alfajor. No sabés”.

 

El comienzo

Muy pibe y tras destacarse goleador en el club de baby villamariense All Boys, a los 13 años, fue a probar suerte a Newell’s de Rosario pero derivó en Boca Juniors, donde hizo todas las inferiores y capitaneó tres categorías con las que fue campeón. Eso lo llevó a las juveniles del seleccionado argentino de fútbol Sub-15 y hasta jugó un triangular en el mítico estadio de Wembley, en Inglaterra. Sin embargo, trascendió en los medios al debutar en una gira de Boca por Estados Unidos, de la mano de Miguel Brindisi. Poco después se fue el DT y el siguiente no lo tuvo en cuenta. Ese golpe lo forjó.

“Hoy, con 31 años, estoy muy bien físicamente y me mantengo, esperando lo que surja. Sé que tengo que estar en óptimas condiciones. Si bien la experiencia en Malta fue muy linda y volvería, porque son clubes donde cobrás seguro, donde vivís muy tranquilo en un lugar hermoso, esperemos salga un club estable que podría ser en la Argentina, pero lo difícil es el cupo de incorporaciones, aunque Sudamérica es una gran posibilidad”, deslizó Reano.

 

Nada de retiro

Si bien David repite que no piensa en un retiro todavía, cursó la carrera de visitador médico (Universidad del Salvador) mientras jugaba en Buenos Aires años atrás. Pasó por Aldosivi de Mar del Plata, Almirante Brown (Isidro Casanova) y el Deportivo Morón, “un gran club, con muy buena gente y ahora con el nuevo estadio estará entre los mejores. Esa fue una gran experiencia”, destacó.

Esa capacitación fue porque antes se “negaba a seguir vinculado al fútbol, pero apenas consiga club comienzo a estudiar el curso para director técnico, para ser ayudante de campo. Me identifico en ese rol después de ver cómo es”.

En cuanto a los estilos de juego, sostuvo: “Me gusta Marcelo Bielsa por la pasión y Pep Guardiola por su análisis”.

Admitió que “el fútbol puede haber quitado el tiempo con amigos y la familia, pero haciendo lo otro, sin ellos y a la distancia, también aprendí a darle valor. Creo haber logrado una capacidad de sostener eso y hoy tener la relación que tengo, un fuerte lazo de amistad”.

“Antes pensaba sólo en jugar, disfruto el hacer y sé que quiero retirarme en el RG (Club Ricardo Gutiérrez) el equipo de mi pueblo. Siempre estaré ligado a mi pueblo, a la zona. Seguro haremos base ahí, pensando en la familia, con los amigos y los afectos”, marcó.
Reano era de chico fanático de River Plate, pero su experiencia en Boca dice que hoy lo colocan como simpatizante: “Disfruté ganarle 2 a 0 en el Monumental en las inferiores” (risas).