Analizaron las causas de la pérdida de valor del recurso natural básico para la producción y algunas alternativas de recuperación. Difícil panorama en una provincia que tiene sólo una hectárea de maíz cada cuatro hectáreas de soja
El salón de la Sociedad Rural de Villa María colmado de estudiantes, profesionales y productores, fue una clara señal de que la problemática de los suelos está en la agenda del sector.
Especialistas en conservación de suelos de la cartera provincial de Agricultura y del INTA, entre otros, participaron como disertantes de la 1º Jornada sobre la materia que se llevó a cabo el miércoles último en esta ciudad. También lo hicieron las organizaciones del campo, que reclaman apoyo para acciones conservacionistas.
Todos los consultados coincidieron en que son necesarias decisiones de Estado para que el recurso natural más importante, como es la tierra, no se degrade más.
Reclaman políticas provinciales, para contar con la infraestructura necesaria para controlar la erosión hídrica y eólica y políticas nacionales, garantizando rentabilidad para los cultivos indispensables en el esquema de rotación, como son el trigo y el maíz.
Coincidieron los consultados en que todavía no es tarde para pensar soluciones: la primera que está al alcance de los productores es saber que a medida que se intensifica la producción, es necesario acompañar el proceso con buenas prácticas de manejo.
Rentabilidad
Eugenio Fernández, director de Conservación de Suelos y Manejo de Agua de la Provincia, fue uno de los primeros expositores de la jornada organizada por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Córdoba (CIAC) y que contó con el apoyo del Ministerio de Agricultura.
En diálogo con EL DIARIO Rural, Fernández dijo que los suelos cordobeses están en una situación crítica debido a la falta de material orgánico que se va extrayendo cuando no se aplican buenas prácticas. “Hoy tenemos cuatro hectáreas de soja por una de maíz”. Además, faltan fertilizaciones eficientes para reponer lo que se extrae de la tierra. “Estamos vaciando una caja de ahorro”, graficó Fernández.
Entiende que mayoritariamente, se sabe qué hacer para no desperdiciar el recurso natural, “pero hacen falta políticas que hagan rentables los cultivos de rotación. Es necesario que el trigo y el maíz vuelvan a ser negocio para que el productor los cultive”, planteó.
Otro problema que analizó es el que afecta particularmente a nuestra zona y es el de las napas altas. “Esto es consecuencia que entra más agua de la que sale. Es un problema que se genera en las cuencas altas y que se agrava, porque no hay suficientes cultivos de invierno. Volvemos a lo mismo: el trigo es una excelente herramienta para bajar las napas, pero hoy está depreciado”, planteó.
A su turno, el ministro de Agricultura, Julián López, quien estuvo presente en el acto de apertura de las jornadas, dijo que el sistema agropecuario de la provincia tiene “externalidades”, algunas positivas, como los rendimientos récord que posibilitaron que Córdoba aporte 31.700.000 toneladas de granos y otras “negativas”, como calificó a la erosión del suelo.
“Estamos desarrollando políticas para corregir esas externalidades: por un lado, estamos haciendo una red de estaciones meteorológicas y de medición de las napas para obtener información que nos permita saber qué se necesita. También estamos trabajando fuerte en el sur provincial con la Cámara del Maní (uno de los cultivos más extractivos) que nos permitirá tener un registro de productores”, dijo.
“Tenemos que señalar también que ya se empezó a ver la problemática de erosión en territorios planos, por lo que estamos trabajando en ese tema”, aseguró.
Dijo que el desmonte puede ser una de las causas y que su cartera no avala esa medida. “No estamos a favor del desmonte, somos una de las provincias que más ha conservado sus bosques nativos, pero decimos que tenemos que analizar alternativas productivas, como las que propone el INTA, para el norte cordobés, que está muy postergado”, concluyó.
