Un recurso ante la Justicia presentado por Matadero y Frigorífico Regional Villa Nueva para que se suspenda la aplicación de la Ordenanza 6.066 y notas dirigidas al intendente Eduardo Accastello y a los concejales de la ciudad con la advertencia de un posible aumento en el precio de la carne, fueron las movidas realizadas esta semana por los carniceros insistiendo en el reclamo por las tasas aplicadas por el municipio a las reses que ingresan a Villa María desde otras localidades.
“Consideramos abusivos, desatinados y alejados de toda realidad las cifras aprobadas en dicha ordenanza, atendiendo el impacto que ocasionarán en los ingresos de los consumidores”, señaló la carta firmada por más de cuarenta representantes del rubro.
En este sentido, la nota remarcó: “A lo mejor, dicha ordenanza se aprobó teniendo en cuenta el punto de vista recaudatorio y no los efectos colaterales que se manifestarían en un incremento desmedido en los precios a los consumidores con la consecuente disminución de puestos de trabajo”.

“Beneficiar al frigorífico local”

En la misiva que ingresó al Concejo, los firmantes resaltaron que los valores fijados para las reses faenadas en la región, “no hace más que favorecer intencional y deliberadamente a la empresa MEAT, Frigorífico de Villa María, de Bustos y Beltrán, capitales foráneos que hacen uso de instalaciones que son patrimonio municipal”.
Por otra parte, los autores de la nota dejan la puerta abierta al diálogo pidiendo audiencia a Eduardo Accastello y al cuerpo legislativo presidido por Javier Suppo.

“Una locura”

El primer planteo lo hizo un carnicero a EL DIARIO (publicado en la edición del 27 de marzo) al conocer la nueva tarifa que fijó la tasa de reinspección sanitaria en cincuenta pesos la res y treinta pesos por cada media res faenada fuera de la ciudad. “Esto es una locura y se terminará trasladando al precio de la carne”, dijo el comerciante. En esa oportunidad, el titular del bloque justicialista expresó a nuestro matutino que la tasa la pagan los matarifes y que el eje “es la salud”.
No obstante, las explicaciones oficiales la movida fue sumando más vendedores de carne que avalan el reclamo de los frigoríficos regionales afectados por este incremento. Para un comerciante que comercializa cien media reses por mes, el impuesto le significa tres mil pesos mensuales.

Un poco de historia

En agosto de 2004, la concejala Daniela Lucarelli impulsó un incremento en la tasa de reinspección sanitaria (iba a pasar de un peso a treinta pesos por res) y generó una movida similar al actual.
En aquella oportunidad, un informe presentado al Concejo por “ una empresa interesada en que la carne se faene” en la ciudad tiraba como dato que “en Villa María se consumen 456 mil kilos de carne por mes, lo que representa 75 kilos anuales por persona. Se faenan fuera de la ciudad 319.200 kilos por mes”, precisó ese informe que fue publicado por EL DIARIO el 13 de agosto de 2004.
En ese momento, la Municipalidad calculaba recaudar unos cincuenta mil pesos por mes con la nueva tasa y los carniceros hablaban de un aumento de la carne de 50 centavos. Hoy, se habla de un peso por kilo.