Escribe
Juan Manuel Gorno
Ciertos raptos de lucidez y otros tantos de incertidumbre, de dudas. Así fue el panorama de Alumni en el clásico, por eso no pudo redondear una tarde importante en Plaza Ocampo y terminó repartiendo puntos, al empatar 2 a 2 con Racing de Córdoba, que se mantuvo en lo más alto del Federal B.
Ante un buen marco de público, el equipo dirigido por Raúl Maldonado se quedó con las ganas de desbancar a su rival de la punta y, aunque tuvo posibilidades para hacerlo, no encontró la contundencia de otros partidos y hasta casi lo termina perdiendo, lo que hubiese significado un golpe tan duro como injusto.
En realidad, ambos tuvieron vaivenes que se mostraron desde el principio y coincidieron incluso en la forma de marcar goles, ya que todos fueron con disparos desde afuera del área.
A los 11 minutos, Alumni pasó a ganar el partido con un tremendo remate de Juan Marcelo Aimar, quien otra vez ratificó un nivel de otra categoría.
Después de un lateral, el playosense tomó la pelota desde lejos, vio el resquicio y le pegó violentamente con derecha para dejar prácticamente sin reacción al arquero Leonardo Rodríguez.
Hasta entonces Alumni exhibía una mayor ambición en cuanto a la elaboración de juego y vocación ofensiva, aprovechando más el sector derecho, por donde se filtraba Franco Gozzerino o se las rebuscaba Matías Barbuio.
Sin embargo, tras el gol, Racing tuvo una reacción propia de los equipos con personalidad, con hombres experimentados.
Entonces siete minutos después, la “Academia” empató por un centro desde la derecha que captó -en medio de un par de rebotes- Rodrigo Molina, en la puerta del área grande para disparar con fuerza y descolocar a Rodrigo Valdez.
“Volver a empezar” fue difícil para Alumni, que tardó en poner en órbita a las subidas de Maximiliano Villa, tuvo apagado a Juan Valle y por momentos se debatió entre sus opacas salidas desde el fondo.
De todas maneras, el partido registró posibilidades para los dos y si Alumni no lastimó de nuevo fue porque Aimar, dos veces habilitado por Leandro Martínez, no tuvo la misma puntería del principio.
A los 20’ el volante recibió un pase de taco del delantero y, entrando al área, esta vez la mandó muy lejos, y mucho más tarde, cuando el ex-Argentinos Juniors se la bajó de cabeza, el frentazo de “Zapallito”, cruzado, fue conjurado con un manotazo por el arquero Rodríguez.
En medio de las dos acciones, Racing también tuvo lo suyo, a pesar de la salida por lesión de Sebastián Carrizo, uno de sus jugadores más experimentados.
La acción de Cristian Rami, arrojándose al área tras un centro y sin poder empujarla al gol, fue la más peligrosa de la “Academia”, promediando la etapa inicial.
Pero Rami tuvo revancha a los 45 minutos y cumplió con la inexorable “ley del ex”, cuando recibió un pase de Molina afuera de área y sacó un tiro rasante, pegado al palo, que Valdez no llegó a desviar. Fue otro golazo, esta vez para alegría de Racing, que había mostrado más personalidad que fútbol, pero que aprovechó momentos de desacoples defensivos de Alumni.
Cosa de pibes
Alumni tuvo su mejor performance -por actitud y búsqueda- en el arranque del segundo tiempo, y se embaló incluso con el ingreso de un pibe, Nicolás Delsole, quien debutó con 17 años, chiquito, buscando entre los lungos centrales de Racing.
Y cuando parecía que el arco de Racing tenía un milagro (Rodríguez le tapó abajo un cabezazo tremendo de Martínez), otro joven puso las cosas en su lugar: Nicolás Rey, quien entró como una tromba para captar una pelota que quedó boyando afuera del área y resolvió con potencia.
De ahí en más, el partido estuvo para cualquiera. Racing quiso reaccionar nuevamente y se arrimó con un tiro libre que sacó el arquero Valdez. Pero en ese adelanto de la “Academia”, Alumni casi la emboca de contragolpe, merced a una corrida de Delsole, que paró la pelota entre los defensores y habilitó a Villa, pero este le pegó muy elevado.
El propio Villa luego debió salir lesionado por una fuerte patada de Matías Moreno, quien recién entraba en cancha y no fue expulsado por el árbitro. Y esa salida mermó un poco la velocidad de Alumni para salir de contragolpe, más allá que el ingresado Daniel Ramírez (volvía después de una larga ausencia) tiene otras características.
En ese contexto, aunque “hizo tiempo” y esperó el final, consciente que el punto le servía, Racing generó un par de situaciones sobre el cierre del partido que no pudo resolver. Y la más nítida fue cuando, a los 49’, Griguol tiró al gol y la pelota, que había superado la humanidad de Valdez, fue desviada por Yocca, en la línea de sentencia.
Pudo haber sido catastrófico para un Alumni que, como local, perdió más puntos de los que ganó. Pero el equipo tiene cosas interesantes, no desentonó y deberá seguir trabajando para no caerse de la tabla.
El árbitro
Gastón Monzón
El riotercerense actuó mal en lo disciplinario, sobre todo porque no expulsó a Moreno por la falta violenta que sacó del partido a Villa. Antes de ello, se dejó guiar por lo que “le vendieron” algunos jugadores experimentados, buscando faltas.
La figura
Juan Aimar
Un golazo y un par de pisaditas no sólo bastaron. Fue uno de los pocos que le dieron buen destino a la pelota. En el podio también estuvo Cristian Rami, quien fue clave para los ataques de la “Academia” y anotó el 2-1 parcial.