El modelo de comunicación “emisor → mensaje → receptor”, llevado a cabo por Claude Elwood Shannon y Warren Weaver en 1949, que ha sido muy exitoso en el desarrollo de las telecomunicaciones y la informática, no resulta pertinente cuando nos abocamos a estudiar a la comunicación entre las personas, ya que le asigna un rol más bien pasivo al receptor.
No sólo importa la calidad del orador y el contenido del mensaje, sino también el contexto en el cual se genera y la interpretación que hace del mismo el receptor a partir de un determinado estado de ánimo y de las expectativas que tiene, entre otros aspectos.