La empresa Lácteos Pozo del Molle continúa en el foco de una crisis económica y de incertidumbre, a pesar que mantiene los 35 puestos de trabajo. Hoy habrá una reunión promovida por el gremio que nuclea a los empleados del sector (Atilra), con funcionarios del Gobierno nacional y directivos de la empresa.
Así lo confirmaron fuentes que aseguraron las gestiones realizadas por dirigentes de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra) de la Seccional Pozo del Molle, por lo que es segura la participación del secretario General Silvio Cagnasso, y a la que podría también asistir el titular de la sede Villa María del mismo sindicato, Pedro Fernández, ya que la firma cuenta con una pequeña planta mantequera dentro del predio de la firma Saputo (Molfino) en Tío Pujio, lo que es jurisdicción de esta seccional.
De este cónclave, se estima que participará el villamariense a cargo de la subsecretaría de Lechería del Ministerio de Agricultura de la Nación, Jorge Videla, y funcionarios de primera línea.
Por el lado de la empresa, con oficinas en la calle Chile 202 de la ciudad de Villa María, propiedad de los hermanos pozomollenses Julio y Maite Irastorza, más el empresario villamariense Pablo Mattoni, no hay precisión de quién asistirá.
Más que incertidumbre
Vale recordar que hace 45 días se puso en peligro el cobro de los salarios ante el atraso de los pagos de la leche a los productores, pero el 4 de junio apareció el dinero para los 35 empleados, que ya habían bloqueado el acceso a la planta, por lo que depusieron esa actitud y volvieron a elaborar quesos, aunque en estado de alerta y asambleas. No corrieron la misma suerte los aportantes de la materia prima que acumulan hasta dos meses (se liquida por quincena en la mayoría de las usinas) y la semana pasada coparon el portal de acceso a la láctea, pero debieron dar paso a los trabajadores luego de una tensa discusión donde medió la fuerza policial, sin mayores sobresaltos.
De todas maneras, ninguno de los 23 productores está entregando leche hoy a esa planta, confió un vocero, pero la misma sigue operando con materia que llevan desde otras fábricas de la zona a partir de un supuesto sobrante de leche y otro porcentaje adquirido a través de productores de regiones más alejadas.
Los productores que participaron del bloqueo la semana pasada aseguraron que entregan leche a distintas fábricas de Pozo del Molle y la zona, pero sostienen que "resta esperar poder cobrar" y varios entienden que el bloqueo "tampoco es la forma". En lo que coinciden todos es que “la situación está bastante fulera” (sic).
Millonaria deuda
La deuda reclamada data de al menos dos meses y estaría cercana a los 15 millones de pesos, ya que se trata de tambos de diversa envergadura, que van de los 800 litros a los 10 mil litros diarios de leche. Pero esa deuda además genera atrasos en pagos y desfasajes que deben afrontar los productores con sus empleados, proveedores y el círculo que cada parte moviliza."El golpe es igual para todos, porque el más grande tiene deudas mucho más grandes también y dinero en la calle que quizás el más chico no tiene", explicó uno para poner a todos en la misma curva de la crisis.
Por otra parte, la firma funciona hoy y tendrá la oportunidad de plantear ante funcionarios nacionales cómo afrontar su deuda al fisco (AFIP y aportes jubilatorios, entre otros ítems) y resolver junto al gremio lo acumulado "en obra social y cuotas sindicales, de todos los trabajadores, desde octubre”, tal había descripto a modo general Cagnasso.
Primero unidos
La unión de los productores lecheros y los trabajadores con su gremio se disparó los primeros días de junio cuando un camión intentó acceder a la planta para cargar quesos, mercadería que las partes entendieron hacían al único capital, ya que la empresa tiene cuentas bancarias embargadas a partir de un reclamo de un productor de Ucacha, desde esa semana, cuando no habría podido hacer efectivo el cobro de cheques emitidos por los Irastorza y Mattoni.
Esa alerta disparó una unión provisoria que se fue disipando y hoy tendría al plantel de empleados "trabajando a fason", dijo un productor, que significa que se queda con un porcentaje de la producción a modo de cobro (rondaría el 20%) y luego lo comercializaría. Pero es una de las versiones sobre una solución temporal.