Una familia se quedó sin nada cuando las llamas consumieron todos sus bienes en un siniestro que se registró durante las primeras horas de la tarde de ayer en una vivienda situada en barrio Belgrano.
“¿Y ahora qué voy a hacer?”, preguntó Walter Ñáñez, de 43 años, visiblemente afectado por el incendio que ocurrió “cuando no había nadie en la casa”.
“Por suerte no estábamos ninguno”, apuntó el atribulado operario de una empresa que fabrica aberturas, al tiempo que explicó que “los chicos (una niña y un niño, ambos de 9 años de edad) están de vacaciones, mientras mi mujer y yo estábamos trabajando”.
El incendio se produjo en la casa situada en Deán Funes 1257, frente al predio del Tiro Federal, y las proporciones del mismo demandaron que, a las 15.20, acudieran al lugar cuatro dotaciones con 20 efectivos del Cuerpo de Bomberos Voluntarios.
Precisamente, dos mujeres, entre ellas Marisel Luján, pareja de Ñáñez, fueron trasladadas al Hospital Regional Pasteur para ser asistidas a raíz de los efectos provocados por el monóxido de carbono, aunque poco después dejaron el nosocomio.
“Yo estaba trabajando (lo hace en la firma Boretto Aberturas), cuando me llamó mi mujer desde el geriátrico (en donde trabaja) y me dijo que la casa se estaba incendiando”, refirió Náñez, quien apuntó que hace unos dos años llegó desde James Craik a Villa María y actualmente alquilaban la vivienda donde ocurrió el siniestro.
El fuego, cuyo origen no pudo precisar, aunque cree que puede haberse producido “por un cortocircuito”, afectó la totalidad del dormitorio, la cocina, incluso “quemó el cielorraso y todo lo que teníamos guardado”.
“No me quedó nada, en este momento no tengo nada más que lo que llevo puesto”, expresó con desolación el infortunado vecino quien mostraba su ropa de trabajo.
Las llamas devoraron no sólo las prendas de vestir, sino también muebles, artículos del hogar, “todos los papeles (documentos), unas máquinas y herramientas que tenía para hacer trabajos extras, un poco de dinero que habíamos ahorrado y hasta los útiles de los chicos para la escuela: nos quedamos sin nada”, precisó.
Atribulado por lo ocurrido, Náñez, que llegó a EL DIARIO para pedir ayuda, dijo “no sé qué vamos a hacer” y lo único que pudo asegurar es que “esta noche (por la de ayer) la vamos a pasar en la casa de un compañero que nos permitirá estar allí”.
Este es el momento para ayudar a quienes necesitan de Villa María. Por eso el trabajador recurrió ayer a este medio: “No tengo otra cosa que lo puesto…, no sé qué voy a hacer.”