Dos muestras plásticas se habilitarán hoy a las 20.30 en el Museo Bonfiglioli.
En la planta baja del edificio de San Martín esquina Sarmiento se verá una muestra conjunta de Jorgelina Pistone y Rosana Rossi. Se llama "El olvido, ese lugar" y se trata de una muestra de grabados, dibujos, pinturas y objetos.
En la planta alta, Analía Heredia presentará “Mundos perdidos. Una mirada sobre la infancia desaparecida” con la colaboración de Ivana González Gritti y Lucrecia Valinotti.
La exhibición se extenderá hasta el 16 de agosto.
Pistone ha expresado que “el objeto silla, como objeto artístico constituye casi una obsesión desde el momento en que pude capturar imágenes fotográficas de sillas abandonadas pertenecientes a la desolada vivienda rural, donde viví mi infancia. Y sentir con nostalgia las circunstancias en que cada una de ellas fue acogedora, permitiendo el descanso o el consuelo; o revivir las ausencias, la soledad, la espera. Constituyó un verdadero desafío, que disfruté, convertir en objeto artístico a este objeto cotidiano, a través de la integración de las más variadas técnicas plásticas, junto a la recreación de un espacio imaginado en que cada una fue plasmada, ya que la forma rígida de la silla remite a pensar en su funcionalidad.
Invito a encontrarse con sus representaciones personales a partir de la interacción con cada obra, más allá de la significación que les dio origen”.
Rossi, por su lado, opinó que “la idea inicial que dio origen a este proyecto, fue la niñez y la ancianidad como sectores sociales, olvidados, desprotegidos y vulnerables. Luego, fue tomando mayor importancia el temor a la vejez, visto como un período de la vida oscuro, húmedo, confuso, en el que el tiempo cronológico indica la llegada de la muerte en soledad. Al mismo tiempo surgen algunos cuestionamientos como: ¿qué lugar ocupan los adultos mayores en nuestra sociedad? ¿qué estamos haciendo con los ancianos?, si ya no son “útiles” ni “lindos” ¿dónde los ponemos?
Esta muestra pretende sacar a la luz los miedos que rodean mi concepto de vejez, y cuestionarme y cuestionar a la sociedad acerca del comportamiento que tenemos con respecto a este período de la vida”.
Analía Heredia explicó que “al artista no le basta con tener un espíritu sensible y disponer de herramientas para contar la visión de su mundo, también se propone observar la realidad con honestidad y sin prejuicios.
El hacer artístico me ha permitido crear nuevos mundos, plantear interrogantes, instaurar otros misterios, traer desde algún lugar y poner de un lado las cosas y los modos de pensar, de ser y de hacer que no están, que son negados. En este “hacer” como artista, encuentro sorpresivas e inesperadas soluciones, señalando caminos y mundos inexplorados, llenos de probables tesoros con múltiples significados.
“Mundos perdidos”, es una aproximación tentativa a una verdad inevitable, verdad que devuelve a mi conciencia aquella infancia que quedó atrás; infancia entendida como encarnación de ingenuidad y que fue desapareciendo en los últimos tiempos por el gran avance de la tecnología.
El presente proyecto, surge como una necesidad artística de dejar un testimonio estético sobre estos mundos perdidos, transitando lo sórdido y doloroso de un hecho estético”.