Escribe Diego Bengoa - De nuestra Redacción
Escuchar las historias que las atraviesan es descubrir las cosas simples de la vida.
Una amistad de más de 20 años, fortificada con una serie de sucesos divertidos, hermosos y también trágicos, que no hicieron otra cosa que engrandecer el lazo.
Vilma Sánchez (67) y María “Mary” Luisa Pereyra (63) se conocieron en un baile hace dos décadas, por medio de sus parejas de entonces. Nunca más se separaron, según aseguraron al recibir a EL DIARIO, que las reunió para reflejar con ellas el Día del Amigo, que se celebra mañana.
Aquel baile se suscitó en el Club Unión Central y fue tal la simpatía entre ambas que no volvieron a despegarse.
“Ella me visita siempre, nunca dejó de hacerlo. Yo soy más casera, no me gusta salir, a mí me gusta que vengan acá”, contó Vilma desde su hogar, ubicado en cercanías del viejo Hospital Pasteur.
Mary vive lejos, en la calle Ferrari, allá casi en el final del barrio San Nicolás. La falta de movilidad y la distancia no interrumpe el vínculo. Ella sale caminando por la calle Buenos Aires y a pie llega hasta lo de su amiga. “Luego me vuelvo a pie o a veces en el colectivo”, contó Pereyra.
En el baúl de los recuerdos hay muchas salidas a los bailes, que dejaron infinidad de intimidades compartidas. Evocar tantos momentos las hizo reír a carcajadas en numerosas ocasiones durante el encuentro con este diario. Fue notorio: al mirarse se reflejaba genuina complicidad, siempre matizada con risas, porque recordaban lo que había ocurrido con fulano o mengano.
Ambas empleadas domésticas durante largas épocas, iban hacia sus respectivos trabajos compartiendo parte del trayecto, lo que también dejó tela para cortar.
Mary ostenta una gran picardía y gracia, lo que le provoca muchas risas a su amiga. En todo momento es ocurrente. Vilma se lo festeja. “Siempre fue así. Es única”, la catalogó.
Se han acompañado en los peores momentos. Mary, mamá de siete hijos (tuvo al primero a sus 13 años), perdió a una de sus herederas hace dos años. “Murió mi esposo, hermanos, pero lo peor que puede haber ocurrido es perder a mi hija. Es un dolor incomparable. Y va todo por dentro”, confió. No obstante, admitió que saca ganas de vaya a saber donde para salir adelante.
Vilma tiene tres hijas, y recientemente perdió a su hermana “adorada”, Blanca. “La amaba y la amo, fue un golpe muy grande”, expresó.
“Ella me da alegría, es la alegría que necesito desde que perdí a Blanca”, dijo Vilma sobre Mary. “Nuestra amistad es muy linda”, añadió. Su compañera, entonces, la hizo tentar con el comentario que siguió: “A mí me gustaría que esté mejor así salimos a divertirnos más, pero le duele hasta las uñas”.
-¿Cuáles son las características que tiene que tener una amistad?
M: -La honestidad.
V: -La sinceridad, la no envidia. Cuando veo algo lindo y me lo puedo comprar, enseguida le cuento a ella para que vaya y trate de comprarlo.
-¿Qué es lo que le gusta a cada una de la personalidad de la otra?
V: -Mary es muy sincera, es buena, divertida. Si tiene algo que decirte, no te va andar con vueltas, te lo va a decir.
M: -A mí me gusta todo de ella. Sufrió mucho por una pareja (acotó). Yo la retaba.
V: -A vos también te hicieron sufrir, cómo te perseguía uno (recordó una historia y ambas se rieron, sacando trapitos al sol con ternura y picardía).
Todos sus hijos me quieren, me tratan como a una más de la familia. Y a ella la adoran, porque Mary es muy buena madre.
M: -Vos también lo sos, loca. Cuando cumplí 63, me hicieron una fiesta sorpresa. Cuando entré, la vi; fue una emoción enorme. No imaginé que estaría.
V: -Me gritó “loca, viniste” y nos abrazamos. Fue muy lindo. Y después sus hijos me trataban como a una más de la familia.
-¿Qué no se puede perdonar en una amistad?
Ambas: -La traición, la mentira.
M: -Yo, por ejemplo, no me iba a fijar en el marido de ella.
Ese comentario volvió a despertar bromas entre ambas. Y así termina la nota, flotando en el ambiente la fabulosa complicidad entre las dos damas, tal vez uno de los condimentos esenciales de la amistad.
Fotografías: 1) Las dos damas, en la casa de Vilma. “Loca, tenemos que ir a un baile”, le dijo Mary, dueña de un gran sentido del humor
2) Para ellas, no se puede perdonar la traición y la mentira en una amistad. Durante varios pasajes de la charla con EL DIARIO se rieron a carcajadas al evocar anécdotas