Textos
Diego Pellegrini (h) / Juan Pablo Morre / Pablo Luna Broggi
Fotos
Víctor Alvez / María Victoria Araujo
Fue un golpe certero, preciso, sin aviso, de esos que duelen. Fue una jugada rápida, una movida ajedrecística, en el último minuto de partido, que le permitió quedarse con todo en esta primera parte de la historia.
El 1 a 0 de Hipólito Yrigoyen sobre Alem, cortesía de Mayco Rodríguez, le permitió a los de Tío Pujio alcanzar una victoria por la mínima diferencia, que de la sensación vale mucho más que un simple triunfo.
Para el visitante fue ganarle al “León”, fue derrotar a un grupo de guerreros que nunca se dan por vencidos, ni aún en las más difíciles.
Es cierto que Alem quedó herido, no lo esperaba, la final estaba sellada prácticamente y de un momento a otro, el “Tricolor” se encuentra obligado a ganar la próxima partida para forzar “el bueno”.
De fútbol poco y nada, típico de las finales de dos equipos que se saben parejos. Una primera etapa en donde Yrigoyen estuvo más amigo con la pelota, careciendo de profundidad, y un complemento en donde Alem plantó bandera en campo rival, fallando en los metros finales, en la definición.
Fue así, con la pelota navegando más tiempo por los aires, que a ras de piso, aunque quien mejor se mostró fue el equipo de Germán Vicario cuando podía armar la sociedad, Olmedo, Morre y Nieva.
La historia mejoraba para los dirigidos por Diego Rivera, cuando Fernández tomaba su zona y Coria le ganaba la espalda a su excompañero Juan Bianchi, pero esto último sucedió a cuenta gotas.
En la etapa inicial, Yrigoyen se mostró más prolijo con la pelota pero no podía llegar al arco de Matías Gómez. Es más, la primera clara apareció a los 20’ y para Alem: Agosto ganó por izquierda, para enviar un gran centro, que Ricardo Juárez definió por arriba del travesaño increíblemente.
No obstante, el “Diablo” insistía con su idea y creó un par de chances lindas a su favor. Un remate de José Demichelis, que salió cerca del travesaño, más una clara en los pies de Alvaro Nieva, con una espectacular reacción de Gómez tapando abajo contra el palo.
Quizás lo más importante de ese primer capítulo fue la salida del delantero de Alem, Martín Porporatto. El punta sufrió un esguince en su tobillo al minuto de juego, tras pisar un rollo de papel arrojado por su propia hinchada en el ingreso del equipo. “Porpo” probó, pero a los 22’ la lesión le dijo basta y se dio el ingreso de José Ledesma.
Ya en el complemento, la historia fue diferente desde el juego. Alem, decidido, se adelantó veinte metros en la cancha y empezó a jugar en campo contrario, asfixiando la salida de su rival. Aquí fue cuando Fernández empezó a ganarle la pulseada claramente a Bianchi, en el duelo del medio campo, para encontrar posibilidades de juego más cerca de David Pauletti.
Pero el mayor defecto del equipo de Rivera fue no saber liquidar las ocasiones de peligro netas.
El propio Fernández con un remate de larga distancia, una media vuelta de Federico Figueroa tras el pivot de Ledesma, más un remate de Figueroa apareciendo por la derecha y una “masita” de Juárez ingresando al área por izquierda.
Nieva intentó sacar a su equipo adelante pero le costaba encontrar algún socio como para mejorar. Román Piovano sufría la falta de juego de su equipo y solo una buena aparición de Demichelis por la izquierda, era lo que mostraba el equipo Tío Pujio. El disparo del siete, luego del “caño” a Martín, salió desviado.
El juego del villanovense comenzó a desinflarse y Rivera apostó por Adrián Vega en lugar de Juárez. Mientras que en Yrigoyen saltaron a la cancha Rodríguez, Matías Bendazzi y Oliva, buscando aire fresco en la zona de volantes y en el ataque.
La última gran chance de Alem fue una tiro libre en la puerta del área, que el “Mago” Coria ejecutó a centímetros del palo izquierdo de Pauletti.
Pero el final estaba reservado para un equipo y un hombre. Ese sería Yrigoyen en los pies de Rodríguez. Porque a los 47’, Morre inició la jugada por la derecha (allí jugó todo el segundo tiempo) encontrando a Oliva contra la línea. El volante juvenil ganó por su banda para enviar una pelota “envenenada” que ningún defensor del “León” despejó ni tampoco Bendazzi impactó. Pero quien sí pudo empujarla al gol fue el muchachito de la película, Mayco Rodríguez. El volante definió con el arco a su disposición para decretar el 1 a 0 final en la última jugada y desatar la locura de la tribuna cubierta pintada de rojo y blanco. Y todo gracias a una diablura en la “Placita”.
La figura
MAYCO RODRIGUEZ
Se llevó todas las felicitaciones en el final del cotejo, producto del gol en la última jugada. El volante ingresó a veinte del final, pero la aparición que lo marcará para siempre llegó a los 47’, cuando empujó la pelota al 1 a 0. Buena primera etapa para Alvaro Nieva (foto) en Yrigoyen y gran segundo tiempo de Pablo Fernández en Alem, haciéndose patrón del mediocampo.
El árbitro
CRISTIAN ATORRI
Tuvo un gran trabajo. Desde el primer minuto dejó en claro que no iba a mirar para otro lado a la hora de aplicar el reglamento. El hecho de amonestar en el momento justo, le permitió llevar el juego sin inconvenientes. Una muestra de ello, fueron las primeras dos amarillas, a Facundo Martín por una dura infracción y a Nicolás Pedernera, por protestar excesivamente. Todo antes de los primeros cinco minutos. No necesitó ninguna tarjeta roja
Los Números
22
MINUTOS estuvo el delantero de Alem, Martín Porporatto, quien a los 40 segundos se lesionó (torcedura de tobillo) por pisar un rollo de papel con que recibió el público local a su equipo.
2
MIL personas aproximadamente concurrieron a ver la primera final del Torneo Apertura. La de cementro prácticamente se cubrió un 80% y la techada se colmó. No se utilizaron las tribunas ubicadas detrás de los arcos.
70
adicionales tuvo el operativo de seguridad que dispuso la Policía local para el espectaculo deportivo, que se disputó con total tranquilidad y sin ningún inconveniente pese a que, en el momento que empezó el partido, todavía quedaba público sin ingresar.
93
minutos netos llegó el único gol del encuentro, anotado por Mayco Rodríguez, tras desborde del juvenil Esteban Oliva.