"Señor director:
Nos dirigimos a usted con el fin de expresar una reflexión acerca del juicio de valor pronunciado por un sector de la sociedad villamariense, en torno a las expresiones del comisario Abel García donde se lo acusa por ‘discriminación’.
Nos permitimos establecer la gran diferencia que hay entre los términos discriminación y verdad.
La discriminación es el acto de hacer una distinción o segregación que atenta contra la igualdad de oportunidades; la verdad, es lo que es cierto, lo que se dice cuando es conforme con lo que se piensa o se siente; es honestidad, la buena fe y la sinceridad. Entonces, llegamos a la conclusión que es ‘menester la verdad porque es una necesidad radical del hombre, esto es, una necesidad que nace de la raíz constitutiva de lo humano’. (Ortega y Gasset)
Por lo explicado anteriormente, coincidimos con lo que decía el pensador y filósofo José Ortega y Gasset: ‘De ahí que el intento por parte del hombre de relacionarse con la verdad aparezca como una necesidad ineludible de la vida humana. La vida sin verdad no es vivible. De tal modo, pues, la verdad que existe es algo recíproco con el hombre. Sin hombre no hay verdad, pero, viceversa, sin verdad no hay hombre. Este puede definirse como el ser que necesita absolutamente de la verdad y, al revés, la verdad es lo único que esencialmente necesita el hombre, su única necesidad incondicional’.
Entonces, cabe nuevamente la reflexión: ¿pretender proteger y cuidar a nuestros jóvenes de un potencial peligro es discriminar o más bien un acto ‘responsable’ de un padre de familia que, además, cumple funciones en las fuerzas de seguridad y que tiene cierto conocimiento de causa?
Pensamos que no debe haberle sido cómodo, a este funcionario público, envestirse con ‘coraje’ desde un rol de ciudadano reflexivo, participativo y solidario atravesado por los dichos de Ortega y Gasset ‘sin verdad no hay hombre’, para compartir una problemática que nos atañe a todos.
El señor Abel "Quique" García es un profesional intachable, pero ante todo un ser humano excepcional, una persona agradable, respetuosa del otro, solidaria y honesta; nos parece terrible que se juzgue a alguien por decir la verdad. Entonces dejaríamos abiertas algunas preguntas: ¿Decir la verdad no es parte del proceso democrático o es que sólo tienen lugar algunas voces? ¿Dónde está escrito que la persona honesta debe retractarse por decir la verdad?
Será momento de que nos pongamos a pensar que, si queremos hacer de esta sociedad una sociedad más justa e igualitaria, tenemos que empezar por sacarnos las máscaras o caretas y hacernos cargo de la realidad por cruel que sea".

Jorgelina Rodríguez, DNI 23057927; Marisa Moyano, DNI 17671261, Enrique Solá, DNI 8473443; Beatriz López, DNI 5111461; Patricia Accastello, DNI 16720767; Claudia Ramonda, DNI 17671261; María Inés Ventura, DNI 14916224; Lilián De Bastiani, DNI 13726095; Graciela Zucatti, DNI 10857366; Verónica Esteve, DNI 23497275; Alejandra Capotilla, DNI 24467720; Alicia Rivas, DNI 13885769; Paola López, DNI 16035866; Andrea Pino, DNI 22975830; Nora Quintás, DNI 17671274; Gabriela Toledo, DNI 21720054; Vilma Deheza, DNI 24108245; Liliana Ermácora, DNI 20804100; Nancy Walker, DNI 20076180; Daniel Tisera, DNI 18177877; Carina Martínez, DNI 21693472; Vilma Camusso, DNI 16210982; Fernanda Peralta, DNI 22663196; Evangelina Bessone, DNI 20084206, y seis firmas más...