En octubre la localidad de Alto Alegre llegará a sus primeros 102 años de vida, pero el último domingo el pueblo tuvo un importante motivo para celebrar. Es que Agusta Civel, una mujer que vivió toda su vida allí, tuvo la dicha de celebrar su propio centenar, rodeada de su gran grupo familiar, ese que comenzó a formar a los 15 años cuando se casó con Alejandro Digiene, un inmigrante italiano.
Con él tuvo cinco hijos, cuatro mujeres y un varón. En la actualidad puede tener a su lado solamente a tres de ellos, Erminda (83), Lucía (79) y Juana (74), pero tiene la dicha de disfrutar de 12 nietos, 35 bisnietos, 36 tataranietos y hasta un chozno.
Con ellos vivió un domingo inigualable, en un almuerzo en el que, además de haber varias generaciones presentes, hubo historias y anécdotas por doquier.
Una de sus nietas le contó a EL DIARIO que “si bien algunos problemas físicos le impiden trasladarse por sus propios medios, “Agusta goza de muy buena salud, le gusta mucho tomar mates y es una apasionada de jugar a las cartas”.
“Le encanta el ‘chinchón’ y a todos les juega por una moneda”, agregó entre risas.
A la hora de hablar de los “secretos” que la llevaron a la longevidad, la misma nieta relató que “mi abuela trabajó toda la vida en un cortadero de ladrillos de mi abuelo y siempre cuidó su salud, por eso hoy está como está”.
“Ahora no puede hacerlo más por los medicamentos que consume, pero hasta hace pocos años para ella era religión beber una copa de vino en el almuerzo y otra en la cena, todos los días”, relató.