Seguramente a varios villamarienses les habrá venido a su mente algún grato recuerdo cuando en los últimos días, caminando por la vereda de calle General Paz frente a la plaza Centenario, se encontraron con que la sala de videojuegos “Circuit City” había cerrado sus puertas.
Hace 21 años se inició sobre calle Buenos Aires, frente al ingreso del “Paseo de la Villa” y seis años después se trasladó hacia donde funcionaba la histórica confitería “Clapton”.
Por sus instalaciones pasaron varias generaciones en busca de diversión, para jugarse una “fichita” en las tradicionales máquinas de videojuegos, en algún flipper o en las mesas de pool.
Pero todo ciclo tiene un final y así lo reconocieron sus dos propietarios. Así fue que Fernando Marchiaro, uno de sus dueños, aseguró a EL DIARIO que “por supuesto que ha sido difícil tomar la decisión de cerrar la sala luego de tantos años”.
“En 1994 vinimos desde Carlos Paz a Villa María para poner en funcionamiento ‘Circuit City’, en una época en la que los videojuegos eran furor”, recordó y al mismo tiempo contó que “pasaron los años y con mi socio nos fuimos poniendo grandes para poder seguir llevando adelante el negocio.
Sobre los motivos que llevaron al cierre de la sala de recreación, Marchiaro analizó que “está complicada la importación de máquinas para mantenerse al día con lo último y sobre todo los niños tienen hoy en sus casas todo lo que les hace falta para divertirse, como, por ejemplo, las consolas de juego, las computadoras y hasta los mismos celulares”.
“De alguna manera se puede decir que cada vez había menos chicos en nuestra sala de videjuegos y eso se debe a que ellos tienen la tecnología al alcance de su mano, de manera gratuita y sin tener que desplazarse de sus hogares”, manifestó y agregó que “a la vez los gastos fijos para mantener el lugar son cada vez mayores, entonces se torna complicado poder mantenerse dentro del rubro”.
A continuación el empresario destacó que “lo más lindo de este fin de ciclo es que hace una semana que estamos desocupando el local y toda la gente se acerca a preguntarnos por qué cerramos luego de tantos años”.
“Además, durante estos últimos días, muchas personas de diferentes edades se acercaron a contarnos, con algo de melancolía, que pasaron sus infancias aquí dentro. Por aquí han pasado personas de todas las edades y de muchas generaciones”.
Finalmente Marchiaro manifestó su agradecimiento a toda la ciudadanía de Villa María remarcando que “nos ha tratado, sin ser nativos de aquí, muy bien y nos ha apoyado muchísimo en todos estos años”.
“No tenemos más que agradecimientos con los ciudadanos villamarienses, pero como cualquier negocio hay que saber cuando se da el final. Cuesta reconocerlo, pero lamentablemente esto es así”.