Luego de 28 años de trabajo en los Tribunales de Villa María, Nilda Prudencio asumió como jueza laboral en San Francisco.
Ingresó al Palacio de Justicia local el 1 de septiembre de 1987 y desde hacía 22 años ocupaba el cargo de prosecretaria de la Cámara del Trabajo. Ahora, tras rendir un concurso, pasó a ser vocal de ese tribunal en San Francisco.
En su casa villamariense, la flamante magistrada habló de diversos aspectos del terreno en que se desempeña y recalcó que los índices de conflictividad laboral están atados a la cuestión socioeconómica.
“Sí, ha crecido un poco el nivel de conflictividad con el paso de los años. Lo relativo a la ley de riesgos está siempre latente y con esas mejoras en la ley se han paliado situaciones que han derivado en juicios más favorables para el trabajador”, comentó.
Dijo que el número de juicios está vinculado a la marcha de la economía y lo social.
Ante una pregunta, subrayó que “un juez laboralista no es ni proobrero ni proempresario”. “Si el trabajador tuviera siempre la razón no existiríamos los jueces”, aclaró ante nuestra consulta. “Ser juez laboralista no quiere decir que todas las sentencias tienen que ser a favor del trabajador”, añadió.
No obstante, destacó que el empleado “tiene muchas desventajas, que no las tiene quizás el empresario” y habló de desventajas “de todo tipo, desde lo económico, lo cultural, desde las posibilidades, desde las herramientas para defenderse”.
“Toda la documentación laboral la maneja el empresario y el más débil e indefenso es el trabajador, por eso toda la estructura legislativa está armada en protección -no en defensa- del trabajador. Es una coraza para protegerlo pero eso no quiere decir que dentro de esa coraza legislativa se tenga que favorecer siempre al trabajador. Es un contexto de pruebas y situaciones”, detalló.
En ese marco, apuntó que “ante cualquier duda en donde el empresario no pueda aportar una prueba más contundente que sobrepase esta protección, la balanza siempre va a ir para el lado del trabajador”. “El juez ante la duda -que lo dice la ley- va a fallar a favor del trabajador”, agregó.
Cuando se le planteó la demora de la Justicia en resolver causas, con el consiguiente perjuicio económico que le ocasiona a quien, por ejemplo, se ha quedado de manera injusta sin fuente laboral, Prudencio lo vinculó a la enorme cantidad de casos.
“Trabajé 28 años acá en Villa María y hay muchísimas causas, incluso de Oliva, lo que depende también del contexto de emergencia socioeconómica. Hay veces que uno nota que hay crisis en lo laboral porque se hacen arreglos y luego no se cumplen, no se pagan, entonces es un síntoma de que algo anda mal desde lo socioeconómico. La infraestructura (tribunalicia) está dada pero a veces pasa que se dan desintegraciones, como en San Francisco donde desde el año pasado había un solo juez y desde junio no quedó ninguno, entonces se da una acumulación. Es impresionante la cantidad de causas que entran”, reflejó la funcionaria.
Sin embargo, recalcó que con una Cámara con los tres vocales en función “se puede avanzar bien”.
Por otra parte, la jueza valoró la presencia femenina en cargos de decisión, resaltando el hecho de que en el orden de mérito para vocal de Cámara del interior cuatro de quienes aprobaron son mujeres.