Un jornalero villamariense fue condenado ayer a tres años de prisión en suspenso y mantuvo su estado de libertad, luego de confesar que sometió a manoseos y tocamientos impúdicos a una menor, integrante de su grupo familiar.
La pena recayó en Ramón Olegario Franco (67), quien en el marco de un juicio de trámite abreviado fue declarado autor responsable de “abuso sexual simple, agravado por el vínculo”, un delito excarcelable que es castigado con prisión de tres a 10 años.
Como el sexagenario no registraba antecedentes penales, la condena fue de ejecución condicional, lo que le permitió continuar en libertad tras el dictado de la parte resolutiva de la sentencia, tarea que estuvo a cargo de la secretaria Gabriela Sanz.
Franco llegó a juicio acusado de haber manoseado en sus partes pudendas a una niña que, al momento del hecho (mediados de 2013), tenía 9 años. Asimismo, pudo saberse que el abuso fue cometido en la vivienda que por entonces ocupaba el disoluto individuo, en Villa María.
Por tratarse de un episodio de instancia privada, que además tuvo como víctima a una menor, la audiencia se realizó a puertas cerradas, es decir, sin que se permitiera el acceso del público ni de los medios de prensa al recinto que la Cámara del Crimen posee en los Tribunales locales.
El debate fue presidido por el juez Félix Martínez y del mismo participaron el fiscal Francisco Márquez y la defensora oficial Silvina Muñoz, quienes previamente habían acordado la pena luego impuesta.
Finalmente, cabe señalar que Franco registra último domicilio en Vélez Sarsfield 2243, en barrio Carlos Pellegrini de esta ciudad.
El segundo juicio
Pasado el mediodía y hasta las primeras horas de la tarde, el citado juez Martínez comenzó a juzgar a otro villamariense, pero radicado desde hace varios años en la ciudad de Oliva, acusado de haber violado a una menor, también de su entorno familiar.
Se trata de Oscar Sebastián Zabala (30), un empleado gastronómico que está imputado como presunto autor de “abuso sexual con acceso carnal”, un grave delito que es reprimido por el Código Penal de la Nación con prisión de ocho a 20 años.
Precisamente como el mínimo supera ampliamente los tres años de cárcel, no es excarcelable y por esa razón el sospechoso se encuentra privado de la libertad.
Zabala fue detenido en septiembre de 2013 (aunque la denuncia en su contra data de mediados de 2012) por un hecho que habría ocurrido en una fecha no precisada con exactitud, pero establecida por la Justicia entre 2003 y 2005, en perjuicio de una menor que por entonces tenía alrededor de 5 años (hoy ronda los 17).
Durante la audiencia de la víspera se receptaron dos testimonios y para hoy está previsto que comparezcan otras cuatro personas. El lunes, en tanto, harán lo propio cuatro testigos más y se estima que en la jornada del martes alegarán el fiscal de Cámara y el defensor del imputado, el abogado olivense Mauro Alejandro Giovanini, para luego conocerse el veredicto.
Del mismo modo que en el juicio anterior, la audiencia también fue oral y privada.