Tenemos democracia pero nos hace falta República”. Lo dijo el obispo de la Diócesis, monseñor José Rovai en una entrevista con EL DIARIO a su regreso de Roma.
El concepto salido de boca del sacerdote en vísperas de Semana Santa y en pleno año electoral abre un espacio para la reflexión.
Es importante recordar que la República es el imperio de la ley y no el imperio de los hombres.
"Un montón de gente puesta junta no necesariamente es una República". Palabras de Aristóteles.
Los pilares de una República son, entre otros:
* La periodicidad en los cargos.
* La publicidad de los actos de gobierno.
* La responsabilidad de los funcionarios públicos.
* La separación y control entre los poderes.
* La soberanía de la ley.
* El ejercicio de la ciudadanía.
* La práctica de la tolerancia con las ideas opuestas.
* La igualdad ante la ley
* La idoneidad como condición de acceso a los cargos públicos.
Analizando cada uno de estos puntos, podemos afirmar que las palabras de la máxima autoridad eclesiástica de la ciudad tiene fundamentos claros.
Estamos inmersos en una sociedad poco acostumbrada a practicar la tolerancia con las ideas opuestas. Y esta falta de ejercicios en el respeto al pensamiento del prójimo está proyectada, sin duda, en los que ejercen la representación de los poderes democráticos y generan un agujero negro en el sistema republicano.
La idoneidad como condición de acceso a los cargos públicos. ¿Cuántos de los que ocupan funciones de Gobierno en los distintos ámbitos son idóneos para el cargo? Es un interrogante que cada ciudadano debe responderse. En este momento, y a tres meses de una elección legislativa, seguimos viendo cómo las listas se arman como un bien de familia. Padres, hijos, hermanos, esposas, novias, yernos y demás yerbas pasan de pronto a liderar boletas por el simple hecho de “portar apellido”.
Asistimos, en muchos casos perplejos y en otros sin asombro, a dirigentes con funciones ejecutivas y legislativas preparándose para postularse a cargos que no tienen pensado ocupar. “Voy, pero en realidad me quedo”. “Si gano, renuncio... si pierdo voy”. Más sombras en el túnel republicano.
Separación y control entre los poderes. ¿Existe? Legisladores que levantan la mano sin conocer los proyectos, legisladores que se oponen por simple oposición, pocas leyes elaboradas en el seno del Congreso, sumisión al Ejecutivo, falta de un debate serio y podríamos seguir enumerando una cuestión que además está encadenada con la “responsabilidad de los funcionarios públicos”.
Y, podemos continuar. Y, tal vez ustedes lectores tengan una larga lista para agregar en este proceso de la Constitución, bien gracias, la corrupción estructural, la falta de publicidad de los actos de Gobierno (que no es para ensalzar la figura de los dirigentes), las necesidades no satisfechas, la falta de justicia social.
Tiene razón, monseñor Rovai nos hace falta República. Un sistema que lograremos con el ejercicio de la ciudadanía, con unidad, con diálogo y con compromiso.
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