Un violento asalto fue perpetrado durante la noche del domingo pasado en una vivienda de barrio Rivadavia, en la que reside desde hace muchos años una familia de Villa María, informó ayer la Policía.
En el hecho actuaron al menos tres sujetos a cara descubierta, dos de ellos con armas de fuego, quienes ingresaron a la casa, amenazaron a una mujer y a dos de sus tres hijos, los ataron, le robaron dinero y teléfonos celulares y, cuando llegó el jefe de familia fue interceptado por uno de los forajidos, quien le disparó tres balazos, uno de los cuales le rozó la cabeza.
Atados adentro
El tremendo episodio ocurrió en la vivienda situada en Hipólito Yrigoyen 1347, donde reside Víctor Paschetto, de 55 años de edad, junto a su familia.
Precisamente fue el vecino atacado quien reveló que, al caer la noche, en una zona sumamente oscura, su esposa, María Elena de Paschetto, acudió al llamado efectuado sobre la puerta de un galpón, probablemente al creer que era su marido quien retornaba al hogar.
Sin embargo, apenas abrió el portón, dos malvivientes ganaron el interior de la propiedad, mientras el restante permaneció en el exterior.
Ya dentro de la casa, la mujer y dos hijos, una chica y un varón, fueron reducidos y atados por los asaltantes, tras lo cual le exigieron, apuntándoles con un arma, que entregaran todo el dinero que hubiera en la casa.
Ninguno de las tres personas sometidas por los delincuentes opuso resistencia, al punto que éstos se apoderaron rápidamente de cuatro mil pesos y dos teléfonos celulares, tras lo cual iban a emprender la huida.
Balazos afuera
Pero Paschetto, que no sospechaba lo que acontecía en el interior de su casa, llegó en su auto hasta la misma, por lo que se bajó del rodado dispuesto a guardarlo en el garaje.
Fue allí que el maleante armado con un revólver y que se encontraba en la calle no le dio tiempo y acercándole el arma al cuerpo lo amenazó gritándole: "¡Esto es un asalto...!".
El vecino se jugó entero en esas circunstancias, al pensar que, si entraban (no sabía que ya lo habían hecho), el furtivo pondría en riesgo la vida de sus familiares. Así fue que le tomó el brazo, forcejearon, pero el caco logró zafarse al tiempo que le descerrajó al menos tres balazos: dos no impactaron en el cuerpo del hombre, pero el otro le lesionó el cráneo al rozarle uno de los parietales, por lo que bien puede decirse que se salvó por milagro.
El parte emitido por la Policía, sin embargo, difiere bastante de lo relatado por la víctima, al punto que señala que cuando Paschetto se trenzó en lucha con uno de los ladrones, a éste "se le escapan varios disparos, no habiendo personas lesionadas".
¿Entonces, que le sucedió en la cabeza? Además, ¿a los ladrones se les escapan los disparos...?
La huida
Al tiempo que se registraba el trance entre uno de los asaltantes y el dueño de casa, los otros dos malevos dejaron la casa y emprendieron la fuga.
Alguien llamó a la Policía. De inmediato convergieron tres patrulleros, pero, a la carrera, los ladrones cruzaron las vías situadas enfrente a la casa de Paschetto y huyeron hasta perderse por las calles del intrincado barrio Santa Ana, tal vez en procura de ganar, cuando antes, el río Ctalamochita.
El vecino, herido en la cabeza, fue trasladado a una clínica de la ciudad donde se constató que, si bien la lesión era de carácter leve, tuvo a Dios de su lado.
Ayer, el hombre que resistió a los violentos, se sorprendió más aún cuando, poco después, junto a otro vecino, entraron a la casa y encontraron atados a los tres integrantes de su familia, aunque por suerte, nadie había sido golpeado.
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