Una vecina de barrio Santa Ana hizo llegar ayer a EL DIARIO la siguiente carta, en contestación a otra publicada el 12 del corriente, con pedido de publicación:
"La consolidación de la educación y vínculos no se consiguen con agredir a quienes tratan de imponer el orden público, sino con saber enseñar y educar a los niños.
La necesidad de agresión y destrucción que se arraigan día a día en nuestros jóvenes deben tener fin y, si no son los padres; alguien tiene que ponerles coto.
Con respecto al banco de la plaza (de barrio Santa Ana) lo arrancaron otros, tal vez jóvenes como los suyos, pero eso no quiere decir que terminen de destruirlo.
Es un bien público al que todos tenemos derecho y, tanto en esa plaza, como en la de la Madre o la que está sobre avenida del Libertador.
Los jóvenes y niños del barrio destruyen sus juegos y monumentos y no hay padre que le enseñe a cuidar lo que pagamos entre todos y embellece nuestro barrio.
Lo mismo ocurre con la destrucción de los basureros y los graffitis en los frentes de casas particulares.
Si los niños tienen derecho a distraerse enséñenle a respetar los bienes ajenos.
Volviendo al banco en cuestión, le sacaron dos patas para apoyar mejor la tabla soporte para hacer 'willy'. A eso lo vieron los que en ese momento se encontraban aprovechando la tarde y tomando mate.
Pero (hay que tener presente, también que) es una calle pública, ¿y si tienen un accidente?
¿No le parece señora que tenemos que empezar a cambiar? Si le enseña a poner el banco en su lugar, tal vez con su ayuda el día de mañana tendrá un hijo de bien que se preocupa por el bien público.
Tenemos que pensar si queremos o no una sociedad mejor. Es por ahí por dónde hay que empezar.
R.R.
DNI 6288994
Vecina de barrio Santa Ana
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